Con más de tres millones de manifestantes en las calles el jueves 19 de marzo, la movilización ha sido tan fuerte como se esperaba. Pero ahora, ¿qué?

El gobierno nos ha cantado la canción de la minoría silenciosa que no se manifiesta (¿quién se atreverá a divulgar el número real de personas en huelga ese día?), y al mismo tiempo sigue considerando la defensa de la protección fiscal ("escudo fiscal") y la ley sobre horas extras como modelos.

Mientras tanto, ¿qué hacen las direcciones de la intersindical CFDT, CFTC, CFE-CGC, CGT, FO, FSU, Solidaires (SUD), UNSA? Se reúnen y anuncian que… se van a reunir el 30 de marzo, ¡Nada más que diez días después de la movilización! Con una sola proposición por ahora: el principio de un 1º de mayo reivindicativo y unitario, y la promesa de un respaldo a las movilizaciones locales o regionales en zonas donde el empleo está en dificultades. Y quizás, en caso de radicalización, una manifestación uno de estos días… ¡Qué capitulación!

Convocar una nueva movilización para dentro de mes y medio, en un día festivo, el 1º de mayo además (seguramente el único día en que los desfiles de trabajadores están asegurados) es una gran farsa. "Tomarle el pelo a la gente" seria poco decir… ¿Un 1º de mayo para la ofensiva mientras la estrategia global es la derrota y la espera? ¿Qué ofensiva cuando no se va a ninguna parte? ¿Ir a ninguna parte corriendo?

El tiempo de la espera ya pasó. Porque mientras aquellas lejanas direcciones de intersindical palabrean sobre los buenos momentos de un día que no tendrá otra consecuencia que la pérdida del salario del día de huelga y el desánimo de los asalariados cuando habrá que volver a empezar, los trabajadores siguen luchando por sus empleos y para sobrevivir. En Continental, la Fnac, Total, Faurecia, Bosch, Sony, La Redoute, Amora, y muchas más empresas, el número de supresiones de empleos sigue subiendo cada día… 90 000 parados más cada mes, mientras las prestaciones por desempleo han sido reducidas…

Y todo esto sin tener en cuenta a los miles de asalariados en suspensión temporal de trabajo, el deterioro de las condiciones laborales debido a la presión por rentabilidad, la destrucción premeditada de los servicios públicos entre RGPP, las privatizaciones, el plan HSPT y el no reemplazo de jubilaciones.

Aun así, los trabajadores de los servicios públicos como los de las empresas privadas no se dejan. Entre coordinaciones de lucha en la educación (desde escuelas de educación infantil hasta la universidad) y explosiones de rabia en Continental o Sony, o como hace poco, en las huelgas generales de las Antillas, los trabajadores siguen luchando para sobrevivir con dignidad, unidos en acciones sindicales desde la base y en asambleas generales.

Nosotros, la CNT, nos negamos a acompañar a las direcciones de otros sindicatos en su aislamiento de las luchas presentes, en su negación a tomar responsabilidades acerca de la situación presente, y al fin y al cabo, según nosotros, en su labor de destrucción de la unión sindical. Nunca podremos obtener nada con huelgas o manifestaciones testimoniales. Un día de acción cada dos meses no tendrá ningún efecto, no creará una presión suficiente sobre patrones y gobierno como la que necesitamos.

Sólo una huelga interprofesional indefinida, no durante un "día" sino reanudada cada día por los trabajadores en asambleas generales soberanas, unidos en acciones desde la base, permitirá que sean reconocidos nuestros derechos y satisfechas nuestras reivindicaciones.

Tenemos que encontrar el camino de la victoria para castigar el desprecio del gobierno y de los patrones, y redistribuir las riquezas que unos pocos han confiscado.

¡Por esto luchamos y lo tendremos que imponer!

Comite nacional (CN) de la CNT francesa